viernes, 27 de mayo de 2011

Mas sobre las formas de elegir

En los últimos post desarrollamos temas que tienen que ver con nuestro Sistema Electoral y los cambios que vienen surgiendo a partir de la Reforma Política.

A veces cuando se habla de la reforma política, parece que se habla de cosas que nunca llegan a la gente, o que no cambian mucho la realidad política.

Esta semana se hablo mucho de lo positivo de la elección de Santa Fe, y las razones tienen que ver con dos temas que ya tocamos. La implementación de Primarias Abiertas y el Uso de la Boleta Única.

Por ejemplo, mucho se hablo de la decisión “a dedo” del candidato a Jefe de Gobierno de Capital Federal (por parte de Cristina, pero también de Macri y Solanas). Las Primarias de Santa Fe sirvieron para que fuera el voto el que decidiera quienes serian los candidatos a los cargos ejecutivos y legislativos.

También se elogio mucho el funcionamiento de la Boleta Única, como garantía de transparencia y claridad en cuanto a la oferta electoral.

Ambas iniciativas son resultado de la Reforma Política que se inicio en los últimos años, y que avanzo fuertemente a partir de 2009. Si bien la reforma deja algunos puntos inconclusos (va a tener un post propio con mas desarrollo del tema), el avance es positivo y realmente impacta en la realidad política, aunque no parezca a primera vista.

Además de las ya mencionadas, hay otro elemento que se introdujo en nuestro sistema electoral, y es el del ordenamiento de la CANTIDAD DE PARTIDOS POLÍTICOS reconocidos. Es decir, se sumaron algunas exigencias a la hora de reconocer a los partidos políticos, y darles la posibilidad de participar en las elecciones.

Dicho así, suena a que se le cierran las puertas a partidos que representan minorías, suena a menos democracia, o a recortar la participación. Y sin embargo, si pensamos que hoy en día tenemos más de 700 partidos políticos (que se sustentan con aportes privados y públicos), empezamos a entender por qué la necesidad de reordenar esta cuestión.

Fenómenos como la crisis de representatividad o la implosión del bipartidismo impulsaron la proliferación de opciones y partidos, que si bien por un lado, manifiestan una sociedad fragmentada, por el otro, no en todos los casos representan una voluntad política estructurada. Y como ya dijimos, los Partidos Políticos reciben sustento económico del Estado Nacional.

De esta manera, dos elementos se modificaron, dando como resultado requisitos más estrictos tanto para sostener la personería jurídica, como para participar de las elecciones. De no cumplir con los nuevos requisitos, los partidos pierden el reconocimiento estatal.

Veamos entonces, como cierre y ejemplo, la manera en que esto impacta en la realidad, reflejada en un dato: la evolución del número de partidos declarados en caducidad en 2010 (año en que entran en vigencia muchas de las reformas impulsadas)





1 comentario:

Fede dijo...

Muy Bueno, como siempre!!! En mi humilde opinión, creo que el haber elevado el umbral para la participación de partidos políticos fue uno de los mejores puntos de la reforma.