miércoles, 3 de junio de 2009

¿Me ayudas?

Seguimos con la temática de la campaña legislativa de cara al 28, y quizás uno de los principales actores de esta campaña sea Francisco de Narváez. En campaña para renovar su banca en la cámara baja, (cargo que viene ocupando desde hace cuatro años), de Narváez se despacho con una monumental campaña mediática, que incluye televisión, vía publica, afiches y una fuerte actividad en Internet (múltiples paginas como la del mapa de la inseguridad, o meayudas.com, o la pagina personal, donde esta colgada la plataforma política de Unión Pro).
Mas allá de las posibles críticas a las formas, a la legalidad del gasto en campaña fuera de tiempo y demás, en este caso es interesante ver el contenido entre líneas del mensaje del spot "Voluntarios" (queda el link: http://www.youtube.com/watch?v=mjnjFPaGZw8&eurl=http%3A%2F%2Fwww%2Efranciscodenarvaez%2Ecom%2Ear%2Fvideos%2Fpage%2F2%2F&feature=player_embedded).
Sumado a varios avisos en TV, en donde se muestra junto a Macri, Michetti e incluso Sola, este aviso relega en segundo plano la figura del "político", para dar nacimiento a un nuevo actor, el "voluntario". No se invoca al pueblo, o al ciudadano, sino que se crea una nueva categoría, la del "voluntario" (una de las acepciones de la RAE: "Persona que, entre varias obligadas por turno o designación a ejecutar algún trabajo o servicio, se presta a hacerlo por propia voluntad, sin esperar a que le toque su vez").
El spot llama al voluntario a participar. Por supuesto, su condición de voluntario lo condiciona de obtener algo a cambio, como si la participación política de eso tratara, claramente contrastando la figura del voluntario con la del político profesional.
La invocación a este nuevo actor político, sin embargo, no es el punto critico de este spot, aunque si revela en parte el rol de la sociedad civil en el ámbito publico. Quizás esta idea se clarifica cuando el spot muestra a un grupo de "militantes" invocando a la participación del elector en el recuento de votos. Aquí llegamos al punto central.
Las primeras frases que escuchamos dicen "Un domingo, un día, un domingo cada dos años". Y esto es lo que resuena con más fuerza en los oídos a lo largo del aviso. Los militantes convocan a la participación política de la sociedad, pero, ¿que tipo de participación? Una participación acotada a un día, a un domingo cada dos años, solo eso se necesita, una minima "ayuda" circunstancial que después nos libera de obligaciones políticas hasta la próxima elección (dentro de dos años, donde nos van a convocar de nuevo).
La idea de democracia como participación y construcción cotidiana, como realización, como dinámica, movimiento, acción y reacción, lucha, dialéctica, se suprime y reemplaza por un simple intercambio (no es extraño, viniendo de un personaje del ámbito privado, que hablemos de intercambio) "vos me ayudas una vez cada dos años, y yo después me encargo del resto". Estirando y forzando la idea creativa (que a fin de cuentas, lo que llama es a fiscalizar votos, mensaje mas que positivo a pocos días de una elección), podemos deducir que el espacio político requiere de dos tipos de actores, el político profesional y el elector/voluntario.
Uno y otro se conectan únicamente en los periodos de elecciones, y uno y otro cumplen funciones marcadas y delimitadas. El elector/voluntario debe responder al llamado, depositando su voto y fiscalizándolo, para luego volver a su vida privada, desligándose de otras responsabilidades en el ámbito publico. Por otro lado, el político profesional (que ya tiene su vida privada resuelta, en muchos casos, con cuentas bancarias millonarias que garantizan su bienestar sin necesidad de trabajar), que convoca al ciudadano a consumirlo como "mercancía política", publicitándose en el periodo eleccionario, para luego asumir su cargo y llevar adelante las políticas que decida (decisión que no incluye en ningún caso la opinión/participación del elector).
No es la idea de este análisis centrarse en la figura del candidato, o castigar su historia y sus PROpuestas, sino mas bien remarcar el contenido político de un discurso que transfigurado en la legalidad y formalidad, en el llamado a la participación, esconde un mensaje político especifico y claro, y a mi entender, peligroso. Analizar y desentrañar desde el propio discurso de campaña el rol que los "políticos" dan a la sociedad civil es un punto central a la hora de entender la cultura política argentina. Más peligroso aun es la acrítica y pasiva recepción que estos mensajes tienen desde la sociedad civil.

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